El Atlante se mide con el River Plate



Antes de que el Atlante fuera admitido en la Liga Mayor representó a México en los primeros Juegos Centroamericanos de 1926; un año después jugó con el Real Madrid dirigido por Santiago Bernabéu; luego fue épica su victoria sobre el Bella Vista de Uruguay plagado de los campeones del mundo de 1930. En fin, el Atlante tiene una historia dilatada enfrentando a equipos extranjeros de prosapia, por eso don Fernando Marcos en su libro Mi amante el futbol escribió que los Potros eran “la carta victoriosa del futbol mexicano para equipos de extranjeros”. Una página más en esta historia se escribió el 4 de septiembre de 1981 en que el equipo azulgrana se midió en el estadio Azteca al poderoso River Plate de Argentina.
            No era cualquier River Plate, de ninguna manera, en sus filas estaban los campeones del mundo de 1978: Ubaldo Matildo Fillol, Alberto Tarantini, Daniel Alberto Pasarella y Mario Alberto Kempes, ni más ni menos. Acompañados éstos por dos inmortales del conjunto Millonario y del futbol argentino: Norberto Beto Alonso y Reinaldo Mostazas Merlo. Además de la nueva estrella argentina Ramón Ángel Díaz, el Pelado, que tendría una noche extraordinaria aquel día en Santa Úrsula Coapa. ¿Más? Sí: el director técnico de River Plate era otra leyenda del futbol mundial: Alfredo Di Stéfano. Todos ellos enfrentaron al Atlante con excepción del Pato que estaba lastimado del meñique izquierdo luego de un amistoso entre Argentina y la Fiorentina.
Ramón Ángel Díaz festeja en el Azteca.
Foto: La Afición
Hemeroteca Nacional
Universidad Nacional Autónoma de México
            Toda esa constelación jugaría contra el Atlante de don Horacio Casarín: Ricardo Antonio La Volpe, José Luis González, Alejandro Bonavena Ramírez, Alberto Mario Jorge, Eduardo Moses, Cabinho y Rubén Ratón Ayala, que se preparaba para iniciar la temporada 1981-1982. Se trataba de un cuadrangular internacional que organizaba la Casa Pedro Domecq, en el que entregaría un bello trofeo –diseñado ni más ni menos que por Pedro Ramírez Vázquez– y en el cual también participaban América y Guadalajara.
            River Plate llegó a México el lunes 31 de agosto con parte del equipo y esperando la reincorporación de los seleccionados nacionales que estaban de gira con la selección de César Luis Menotti en Europa. Para acentuar el glamour del conjunto rioplatense en la comitiva viaja la modelo María del Carmen Pata Villanueva, sensación en ese entonces en Argentina y que era esposa del Conejo Tarantini. Di Stéfano se había hecho cargo del equipo días previos y el juego ante Atlante en el Azteca era su debut en el banquillo millonario. Cuando la prensa mexicana le preguntó a la leyenda por qué se hizo cargo de River Plate contestó: “Porque se me dio la gana”. Respuesta que la sensible prensa nacional calificó como “altanería”.
            Mientras el Atlante cerraba en el mercado local los pases del delantero Sergio Lira, el mediocampista Ernesto de la Rosa y el portero Jorge Rubí Valencia. Su rival entrenó en las instalaciones de Coapa, propiedad del América. Ahí Norberto Alonso dijo que “ni le pido ni le envidio nada a Maradona” y además agregó que Menotti era un vividor y debía dejar a la selección. Desde luego que el Beto estaba marginado por el técnico campeón del mundo y opacado su extraordinario futbol por el de Diego Armando. Por la tarde se hizo una conferencia de prensa conjunta donde el técnico del Atlante aseguró “no me importa el resultado”.
            Esa misma noche llegó a México Alberto Tarantini. Al otro día, el River Plate entrenó en la cancha del Estadio Azteca; sus jugadores se mostraron sorprendidos por el inmueble, por sus gradas y su campo. Por la noche arribó al aeropuerto Benito Juárez el campeón de goleo de la Copa del Mundo de 1978: Mario Alberto Kempes, el Matador, quien dijo “vine a jugar”. El organizador del cuadrangular, Jorge Berlanga, informó que River Plate recibiría 40 mil dólares por juego en el torneo, siempre y cuando alinearan Pasarella, Díaz, Kempes y Tarantini. De no ser así el pago bajaba considerablemente, casi a la mitad.
Calaca González anota al minuto del juego.
La Afición
Hemeroteca Nacional
Universidad Nacional Autónoma de México.
            Finalmente, llegó la noche del 4 de septiembre de 1981, la entrada en el Estadio Azteca fue de 20 mil personas. Atlante jugó con su camiseta azulgrana a rayas verticales; de short y calcetas azules. Don Horacio Casarín decidió debutar a Rubí Valencia en lugar de Ricardo La Volpe, ya que el argentino estaba suspendido para los primeros cuatro juegos de Liga. Así, los Potros que salieron a la cancha fueron: Valencia; Miguel Ángel Pueblita Fuentes, Alejandro Bonavena Ramírez, Arturo Vázquez Ayala y Daniel Gigio Montes de Oca; Ernesto de la Rosa, José Luis Calaca  González y Alberto Mario Jorge; Eduardo Moses, Cabinho y Rubén Ratón Ayala. Por su parte, River Plate saltó a la cancha con playera blanca con la flanja roja cruzando el pecho, calzoncillo negro y calcetas blancas. La Saeta Rubia puso el siguiente cuadro titular: Ceja; Eduardo Saporitti, Alfredo De los Santos, Daniel Alberto Pasarella y Alberto Tarantini; Pedro Vega, Reinaldo Mostazas Merlo y Norberto Beto Alonso; Comisso, Mario Alberto Kempes y Ramón Ángel Díaz, el Pelado. El árbitro fue Mario Rubio, sí, el teniente coronel.
            Los atlantistas sólo tuvieron que esperar un minuto para contar un gol contra el poderoso River Plate. Eduardo Moses se deshizo de Tarantini por la banda derecha; sirvió para Calaca González, que “dejó en el piso” a Pasarella, luego de un recorte y finalmente fusiló a Cejas. Gran gol. La defensa millonaria iba a soñar a Moses y González durante todo el primer tiempo. Minutos después Eduardo Moses hizo casi la misma jugada: eludió al Conejo y a Pasarella, le puso en bandeja el 2-0 a González, pero éste la falló. A los 15 minutos River empató: Kempes en jugada personal por la izquierda tocó al centro donde estaba el Pelado, éste ante el achique del Bonavena sirvió a Camisso quien de derecha disparó fuerte dejando sin oportunidad a Jorge Rubí Valencia. A los 39 minutos una gran maniobra de Alberto Jorge que culminó con un disparo de larga distancia, bombeado, con efecto, la tribuna gritó gol antes de tiempo, pues el arquero argentino de gran forma desvió a tiro de esquina el esférico.
            La banda derecha del Atlante seguía produciendo ataques constantes. River comenzó a jugar al fuera de lugar como sistema, no como recurso, tan efectivo fue que Teodoro Cano en El Heraldo de México afirmó que durante todo el juego fueron 25 los que se marcaron contra los Potros. Pese a eso, antes del descanso, Evanivaldo Castro detuvo un balón fuera del área argentina, esperó perfecto la llegada de Miguel Ángel Fuentes y le tocó el esférico, Cejas salió recostando el cuerpo, pero el Pueblita tocó con suavidad por encima del portero y gol. 2-1 para el Atlante cuando terminó el primer tiempo.
Eduardo Moses, gran actuación ante River Plate
y elogiado por Alfredo Di Stéfano.
Foto: Archivo del autor.
            En la segunda mitad tres jugadores brillaron sobre todos en el Azteca, lo malo para los azulgrana, fue que todos eran de River Plate: Kempes, el Pelado Díaz y el Beto Alonso. De éste último dicen los periódicos mexicanos que se hizo del balón y “marcó el ritmo”; del Matador señalan su poca pero efectiva participación y de Ramón su contundencia ante el marco del Atlante. Mientras los Potros seguían cayendo en fuera de lugar y por fin Moses fue controlado por Tarantini, al minuto 69 Norberto Alonso hizo una jugada individual, sirvió a Kempes quien de un cambio de juego rápido dejó a Díaz libre para que de zurda empatara el partido.
            Los últimos veinte minutos fueron de buen futbol de ambos. Para el Esto el Atlante “ni fue apabullado y tuvo momentos de superioridad”. Del juego en general, la crónica dice que “fue un lindo duelo futbolístico salpicado de grandes jugadas, de alardes técnicos y habilidades continuas”. Cabinho tuvo una oportunidad para darle el triunfo a los Potros, pero falló frente al arco argentino.
A los 90 minutos, en cambio, River Plate ganó el juego. Otra vez Mario Alberto Kempes luego de una jugada individual volvió a encontrar a Díaz en el área azulgrana; el Pelado bajó con el pecho el pase alto del Matador, antes de que la bola cayera Ramón la tocó con el pie izquierdo y la puso en el ángulo, a donde desde luego no llegó Rubí Valencia. Golazo. 3-2 para River Plate.
            Por supuesto que la prensa mexicana no escatimó elogios para el equipo argentino y sus figuras. La Afición escribió “al final la balanza se inclinó donde la calidad fue mayor”; Ovaciones más “analítico” dijo “vaya calidad de los fulanos” y su relator Francisco Villegas escribió “todo el juego fue de constante velocidad, River tuvo cambios de ritmo impresionantes, toque corto al pie y velocidad supersónica”. En cambio, en El Heraldo de México se lee: “River no tuvo una actuación relevante, pero fue honrado, salió a buscar la victoria, a brindar espectáculo y sus figuras tuvieron chispazos”.
Vuelo de Jorge Rubí Valencia y mirada de Bonavena Ramírez
La Afición.
Hemeroteca Nacional
Universidad Nacional Autónoma de México
            En los vestidores del Azteca, el técnico argentino Alfredo Di Stéfano elogió al Atlante en general y a Eduardo Moses, en particular. La Saeta Rubia declaró “Es un buen equipo, está bien armado; cuenta con defensa sólida, sus medios son veloces y la delantera funciona muy bien, sobre todo el extremo derecho que es muy buen jugador, muy peligroso y veloz”. Por su parte don Horacio Casarín afirmó que “River tuvo un digno rival”. José Luis González dijo “cumplimos con nuestro cometido que era responder a nuestros aficionados” y el Ratón Ayala aseguró del partido que “lo perdimos nosotros, no lo ganaron ellos”. Mientras que los jugadores de River Plate salieron aplaudidos del Azteca; Ramón Ángel Díaz con una camiseta azulgrana en los hombros.
            Seguramente desde hace 34 años el Atlante no tiene un equipo tan fuerte y no ha enfrentado a un rival tan poderoso como el River Plate de aquella noche de viernes del 4 de septiembre de 1981.

FUENTES: Esto, La Afición, Ovaciones y El Heraldo de México.

NOTA: Atlante quedó en tercer lugar del cuadrangular al vencer a Chivas (5-4 en penales). Mientras que River Plate fue subcampeón al caer con América (2-1)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Eduardo I, el Papa mexicano.

La noche negra del Atlante

El Atlante se saca la lotería en 1978